sábado, 2 de mayo de 2015


HOY ANTES DE IR AL COLEGIO

4:00 am, suena la alarma, ya no hay nada que hacer, mis ojos se han abierto y el sueño en donde me encontraba se ha desvanecido, no hay opción, tengo que levantarme de la cama; voy directo al baño, siempre me encuentro en el mismo dilema de si cepillarme o bañarme primero, es irónico, nunca lo he logrado decidir. En la ducha, ajena a la realidad del agua imagino como será mi día hoy en el colegio, pienso en las variables y posibilidades que me esperan; el agua cesa, salgo.

4:15  am, abro la bodega donde reposan todas mis telas y descuelgo las que componen a mi uniforme, uniforme que resignadamente no me diferenciara de nadie más cuando este yo allá; tomo el tiempo que sea necesario para arreglar y poner en orden, los hilos oscuros que se han mal entrelazado en mi cabeza durante la noche de ensueño, miro el cristal que está en frente de mí y encuentro que este refleja a una figura borrosa, me dedicare a pensar que solo esta empañado. Antes de dejar mi gruta imaginaria, tiendo mi lecho, salgo.

5:20 am, el crujir estruendoso pero agradable de mis cereales hace que tome mi desayuno con los ojos cerrados para poder disfrutar del sonido producido por ellos. Casi siempre me queda tiempo para dormir otra vez en el sofá mientras espero a la ruta, sin embargo, salgo a ver un rato la belleza de la mañana con Kira, mi perra, mi mejor amiga; juntas visitamos las nubes desde abajo o exploramos el infinito eterno que ofrece el cielo cuando estas están en su ausencia. Llega la ruta, me despido de ellas, de Kira y con un profundo beso, de mi madre, salgo.

6:10 am, el asiento de la ruta nunca me ha incomodado, encendida la radio está, hoy solo están parloteando así que recuesto mi cabeza en la ventana y prefiero mirar: el sol es un destello a través de los árboles, la calle está limpia y suave, veo como otros vehículos se cruzan con el nosotros y me doy cuenta que a pesar que vivimos en un mundo con espacio para todos, cada vehículo esa inherente a su propia realidad; se me ha quedado un cuaderno y algunas personas que miro desde la ventanilla, parecen estar más preocupadas de lo que yo debería estarlo. Ya casi llego, la ruta acelera, tengo que preparar mi mente antes de entrar, sé que será un buen día, Dios esta con migo; el portón ya está abierto, pasa la ruta y la historia del antes de ir al colegio se ha terminado, la que le sigue, esa mi querido amigo, ya es otra historia.


DANNA MARILYN BARBOSA CÁRDENAS